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[PBD] Profesor Bulldog

El retrato del Abad (Secuela/Precuela)

En la entrada anterior de esta bitácora, nuestro siempre refinado y sutil EFP nos deleitaba con La curiosa historia del retrato del Abad, donde exploraba con maestría las motivaciones detrás de esa vetusta tradición de obsequiar retratos y desenmascaraba las perversiones ocultas y las onerosas consecuencias que tal práctica podía acarrear para la comunidad.
El motivo que me impulsa a retomar este tema no es otro que la alegre coincidencia de que, en mi propia congregación, quizás por un contagio simpático con la de EFP, hemos tenido el honor de colgar, con indiscutible regocijo, el retrato oficial de nuestro anterior abad en la galería dedicada a celebrar las personalidades que, con mano de firme, escrupulosidad económica y sabia guía moral, han conducido nuestras mezquinas vidas a través de incontables infortunios.
Lo que nadie pudo prever –oh, sorpresa de sorpresas– es la consecuencia totalmente inesperada que ha surgido: el mencionado personaje, ha sido imbuido del don de la sabiduría infinita. Desde el preciso instante en que su retrato fue colgado en tan prominente lugar, ha comenzado a hablar como un catedrático sexagenario (que tiene muchos sexenios), demostrando un conocimiento enciclopédico sobre cualquier tema imaginable. Sí, exacto, temas que jamás ha conocido, mucho menos estudiado, y sobre los cuales nunca había mostrado el más mínimo interés.
Lo más fascinante de todo es que ahora parece un hombre completamente renacido. Se expresa con la revelación divina de quien todo lo sabe, con la certeza de que su retrato, instalado en la Galería de Retratos de los Abades del Convento, le otorga una autoridad moral neonata superior a la del resto de los mortales. Ahí está, pontificando sobre cualquier cosa que le venga en gana, seguro de su posición elevada, como si de un santo oráculo se tratara.
En fin, creo que hemos aprendido la lección: colgar un retrato, puede, inesperadamente, dotar a un hombre de una omnisciencia que ni él mismo sospechaba poseer. ¡Quién lo hubiera imaginado!
¡Seguro que más de uno o una ya habrá tomado nota y estarán redactando los términos del contrato (retrato) al más puro estilo Dorian Gray!

 

[MDD. Maestro DonDepende]. Bueno, PBD, eso tampoco constituye una excepción. Existen innumerables casos de individuos que se adjudican una autoridad similar sin siquiera poseer un retrato que pudiera, aunque sea ilusoriamente, respaldar su posición.
[ENR. El Niño Roto]. Estamos ante la misma situación que tantas veces he planteado. ¿Es que no se puede considerar la posibilidad de que una persona se comprometa firmemente en la mejora intelectual y ética de su propio ser? Creo que carecemos de suficientes datos de análisis y resulta difícil emitir juicios de valor tan categóricos como los que plantea PBD. 
[MDD. Maestro DonDepende]. ENR, estoy de acuerdo contigo solo en parte, porque presupongo que PBD dispone de datos suficientes para hacer tales afirmaciones. Por eso creo que deberíamos ir aún más lejos en proponer vías diferentes para el  abordaje del problema de la adquisición de conocimientos. No deberíamos descartar la posibilidad de que el conocimiento pueda ser obtenido sin esfuerzo y en tiempo récord (incluso me atrevería a pensar que de manera instantánea) mediante influjos de diversa naturaleza, sin descartar ciertamente la mística. Basándome en las observaciones empíricas de mi entorno y considerando hasta dónde han llegado ciertos colegas, no poseo evidencias científicas que permitan rechazar tal hipótesis.
 
Francisco de Goya. Capricho 70. Devota profesión
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[PBD] Profesor Bulldog

Libelo

Acabo de recibir una comunicación de un colega que, en su labor de limpieza digital, me ha reenviado un informe de hace algunos años que pone en entredicho mi profesionalidad, integridad moral e incluso mis derechos laborales. Este informe es un libelo despreciable, cuyo único propósito es calumniar y denigrar de manera gratuita. Fue remitido a la máxima autoridad académica de la que era mi universidad en aquel entonces. Además, se trata de un escrito prácticamente anónimo, pues se amparó en acuerdos dudosos alcanzados en órganos colegiados de una institución universitaria pública que, en ese momento, carecía de representatividad democrática.
Es fascinante observar el trasfondo intelectual del individuo que lo escribió. Por cierto, este personaje es un intruso sin ninguna formación disciplinaria, que probablemente nunca ha empleado un lápiz en su vida (dudo que sepa siquiera qué es o para qué sirve esa herramienta) además de un oportunista profesional impulsado únicamente por intereses económicos. En su libelo, critica sin aportar ni un solo argumento académico y no duda en desacreditar de forma despiadada la labor profesional de los demás, apoyándose en supuestas convenciones burocráticas totalmente irrelevantes.
Resulta curioso que alguien cuyo currículum jamás ha sido sometido a una acreditación externa (afortunado él), se atreva a desacreditar lo que desconoce por completo. Y precisamente ahí radica el problema: el miedo de un mediocre consumado a enfrentarse a la exposición pública de su propia incompetencia profesional. En cuanto a su integridad moral, no hace falta decir nada, ya que se ha autocalificado y ha demostrado a lo largo de los años sucesivos su falta de principios.
 
[EFP. El Funcionario Perplejo]. Me parece que el personaje al que haces referencia es de la misma cuadrilla que en su momento mencione en el caso del acoso a una compañera. Me vuelve a dejar perplejo la gran concentración de personajes con carencias morales que se da en un organismo público como es la universidad.
 
[MDD. Maestro Don Depende]. No es sorprendente tu contundencia en tus críticas PBD. Siempre esperamos que surja alguien con una envergadura intelectual capaz de proponer un discurso mínimamente articulado y sugerente, basado en argumentos sólidos. Personalmente, sería un verdadero placer tener que refutar o incluso retractarme de mis ideas ante un discurso inteligente y coherente, pero me temo que cuando se actúa desde la debilidad que has explicado, se obstaculiza la comprensión mutua debido a una falta de equilibrio argumental indicativa de carencias básicas.
 
[ENR. El Niño Roto]. Se echa en falta la presencia de libelos como los escritos por Voltaire contra Rousseau, los cuales conducían a debates vigorosos acerca de cuestiones universales, abordándolas de manera franca y directa desde los aspectos más cotidianos de la vida. A pesar de su formato polémico, estos escritos siempre mostraban un mutuo respeto intelectual.
No pretendo sugerir que PBD carezca de respeto, ya que, como bien afirmaba Voltaire: “…es que fue así”. No obstante, resultaría sumamente enriquecedor tratar de comprender las bases vitales que subyacen en personas como estas, no con la intención de excusar sus acciones, sino para poder interpretar hechos que quizás no nos sean tan ajenos. Siempre resulta valioso articular y comprender los acontecimientos desde múltiples perspectivas.
Por ejemplo, ¿pueden las convicciones religiosas determinar las acciones a lo largo de toda una vida? Sin lugar a dudas, esto depende del grado de integrismo en el cual nos veamos inmersos, porque en este contexto existen personas que se consideran poseedoras de una verdad absoluta. No afirmo que este sea el caso en concreto ni las circunstancias particulares, pero es un escenario plausible que merece ser considerado.
Edito la entrada el 16 de agosto de 2023.
Cuando menciono “la que era mi universidad por aquel entonces”, es importante aclarar que se trata de la misma institución en la que estoy actualmente. Sin embargo, en la actualidad, no siento que esta universidad sea realmente la mía, ya que no encuentro razones positivas que respalden esta afirmación. No se perciben indicios de que la universidad que me proporciona mi estipendio me brinde el debido respeto desde una perspectiva institucional.
 
Francisco de Goya. Capricho 29. Esto si que es leer
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[PBD] Profesor Bulldog

Entre algodones

Hace unos días, un colega me contó una historia bastante curiosa. Resulta que recibió un mensaje de un estudiante justo un domingo, ¡solo veinticuatro horas antes del examen de la asignatura que él enseñaba! ¿Y qué preguntaba el estudiante? Pues si para aprobar la asignatura tenía que presentarse al examen, ya que en las actas de la convocatoria anterior aparecía como no presentado.
Considerando que ya había pasado más de un mes desde la convocatoria anterior, el correo era bastante sorprendente, por no decir escandaloso. Pero, mi colega, con una paciencia infinita y diligencia admirable, le respondió de inmediato para aclarar la situación y darle todos los datos necesarios para lograr su objetivo: aprobar la asignatura. Por cierto, toda la información estaba publicada con más tiempo de lo razonablemente necesario.
Si fuera yo, sinceramente, no habría respondido al mensaje por lo impertinente que fue. O quizás lo habría hecho con algunas palabras más o menos educadas (o no tan educadas, admito que ya he soltado algunas de esas de vez en cuando). Es que a veces siento que tratamos a nuestros estudiantes como si fueran de porcelana china, como si temiéramos que se rompan con el más mínimo toque.

 

[MDD. Maestro DonDepende]. El enfoque que plantea [PBD] es el que cualquiera podría considerar de manera instintiva, pero creo que lo que subyace no es simple ni superficial. Con frecuencia, los profesores asumimos que atender adecuadamente a nuestros estudiantes implica responder a todas sus demandas en cualquier circunstancia y de la mejor manera posible, al igual que lo haría cualquier sistema de información o inteligencia artificial a las que tengamos acceso de forma inmediata. Sin embargo, está claro que actuar de esta manera con los estudiantes no siempre resulta apropiado, ya que estaríamos descuidando el genuino desarrollo de sus capacidades críticas, las cuales, por cierto, los sistemas artificiales carecen.
Es evidente que los estudiantes, al menos en mi experiencia, muestran un desarrollo cada vez menor en esta característica, la cual es completamente necesarias para un buen proceso de aprendizaje. Por tanto, considero que un docente competente debe abordar este tipo de situaciones y trabajar en el desarrollo de esta competencia, resistiendo la tentación de ofrecer un trato contemporizador, es decir, evitando acomodarse a la voluntad del estudiante, lo cual generalmente se hace con el propósito de evitar cualquier tipo de conflicto.

 

[ENR. El Niño Roto]. Desde mi perspectiva, el problema es notablemente más complejo debido a su naturaleza estructural. Parece que nos encontramos con una clase social (se extiende más allá de los estudiantes) que en general tiene dificultades para tomar decisiones concretas que afectan directamente su propia existencia, reflejo de en una baja autoestima emocional. Esta problemática tiene repercusiones en todos los ámbitos de la vida personal y social. Según [MDD], parte del problema, al menos en el ámbito de la formación, puede atribuirse al acceso indiscriminado a información sobre cualquier aspecto de la vida, sin ningún tipo de filtro o criterio. Sin embargo, no debemos desdeñar otra complicación generalizada que surge como resultado de una sobreprotección excesiva en el ámbito emocional y material por parte de los padres y también por parte del sistema, sin ofrecer mecanismos de compensación o una válvula de escape adecuada. Dicha sobreprotección tiene como consecuencia palmaria una escasa o nula capacidad de adaptación a la frustración.
Es posible que, al combinar ambos problemas, nos acerquemos un poco más a comprender la situación y podamos promover acciones que fomenten la resiliencia, en entornos amigables y en situaciones controladas, que faciliten el crecimiento personal autónomo. Sin embargo, tengo dudas de que solo con esto podamos vislumbrar siquiera un poco una solución ya que esta pasa necesariamente por la asunción consciente de la propia situación por parte de las personas que lo sufren.
Mientras, seguimos presenciando situaciones de bloqueo personal que, en muchos casos, resultan incapacitantes.
 
[EFP. El Funcionario Perplejo]. Es curioso lo que estáis mencionando. Efectivamente, la formación en inteligencia emocional y conciencia crítica es fundamental para los niños y jóvenes y están expresamente incorporados en el sistema educativo. Sin embargo, a pesar de la importancia de estas competencias, no siempre se les da la debida atención o no se sabe cómo desarrollarlas.
Es posible que sea necesario implementar un Máster para garantizar que los padres y profesores reciban una formación obligatoria en estos ámbitos para poder ejercer como tales…. Bueno mejor no, ya que podría surgir una proliferación de supuestos “expertos” en el tema sin la adecuada cualificación, y se podría trivializar su importancia al incorporarlas de manera superficial como meros objetivos de desarrollo sostenible (ODS).
En última instancia, la solución a este problema es compleja y difícil de abordar. Creo que la verdadera solución radica en la conciencia y la implicación personal de cada individuo en fomentar el desarrollo de estas competencias en sí mismos y en los demás. Es un desafío que requiere un compromiso genuino y una reflexión profunda sobre nuestras acciones y valores.
Difícil…
Francisco de Goya. Capricho 37. Si sabrá mas el discipulo
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[PBD] Profesor Bulldog

Decálogo Departamental

Para que quede constancia escrita, estas son las condiciones en las que se basa el compromiso irrenunciable a modo de programa de actuaciones.
  • Neutralidad normativa. Que se materializará con la convocatoria de elecciones a la dirección Departamental, con la finalidad de completar el calendario electoral no más tarde de la fecha máxima señalada por la normativa de referencia para la conclusión de nuestros respectivos mandatos, pero aplicando los plazos máximos establecidos en todas las partes del proceso.
  • Neutralidad administrativa. Que se materializará en la no injerencia en la actividad que deba y pueda hacer la administrativa del departamento o de cualquier otro estamento administrativo universitario, autonómico, nacional, europeo o de cualquier otro organismo internacional.
  • Neutralidad presencial. Que se materializará en la implicación gestora acorde a la realizada por el resto de miembros del colectivo departamental en sus respectivas responsabilidades gestoras y que nunca podrá estar por encima del que menos implicación temporal demuestre, con la finalidad de imposibilitar cualquier tipo de crítica negativa o desfavorable hacia ningún compañero del colectivo departamental.
  • Neutralidad conductual. Que se materializará en la confianza absoluta en las capacidades personales de cualquier miembro del colectivo departamental con el fin de posibilitar y potenciar la autogeneración no dirigida de corrientes, iniciativas o cualquier tipo de actividad en el ámbito gestor, investigador o docente.
  • Austeridad gestora. Que se materializará en la realización de la menor cantidad posible de consejos, reuniones de órganos colegiados y de trabajo o reuniones de cualquier tipo, de manera que se potencie la actividad investigadora, docente o de gestión de cada uno de los miembros del departamento.
  • Austeridad estratégica. Que se materializará en la no propuesta de aportaciones de carácter político o que pudieran ser consideradas o interpretadas como sesgadas o contrarias a los intereses de cualquier miembro del colectivo departamental.
  • Austeridad personal. Que se materializará en la práctica de la modestia personal no proactiva ni asertiva, al no anticipar las ideas propias ni valorar o juzgar públicamente las opiniones, acciones o actitudes de los miembros del colectivo departamental.
  • Austeridad ética. Que se materializará en la inmediata asunción de responsabilidades políticas ante las críticas fundadas o gratuitas del colectivo institucional.
Desde mi responsabilidad  me comprometo a cumplir, de manera diligente, todos y cada uno de los compromisos anteriormente mencionados.
 
 
[ENR. El Niño Roto]. Así me gustan las entradas. Elegantes constructivas, aportando soluciones..]
[MDD. Maestro Don Depende]. Bueno ENR, mejor que lo leas de nuevo que no lo has pillado.
[EFP. El funcionario Perplejo]. PBD cada día te pareces mas a mi. Te estás quedando sin punch…
Francisco de Goya. Capricho 26. Ya tienen asiento