Hace un año, extendía mis felicitaciones navideñas a las compañeras y compañeros de mi trabajo, acompañadas de mis mejores deseos para el año 2023. Hoy, me complace sobremanera repetir este gesto, no solo para con los demás, sino también para conmigo mismo, ya que aquellos aspectos que entonces veladamente criticaba han experimentado una mejora sustancial.
Este último año transcurrió sin incidentes notables, sin sorpresas desagradables, sin golpes inesperados, sin tumultuosas retiradas y, para mi grata sorpresa, sin notorias ausencias.
Es particularmente destacable que la dirección del centro presente informes de manera puntual y diligente, proporcionando además una visión constante del extenso trabajo llevado a cabo en las diversas comisiones de trabajo. También, resulta significativo el hecho de que se comparta con todas y todos nosotros los éxitos tanto a nivel nacional como internacional, logrados gracias al destacado desempeño del equipo. Igualmente, cabe resaltar los niveles de influencia que el Centro está indudablemente alcanzando en las estructuras institucionales superiores.
Es reconfortante observar que el Centro ya no está en boca de todos, es el Departamento el que ahora ha tomado el relevo en esas indeseables iniciativas. Esto se debe, sin duda, al compromiso y eficiencia de nuestros lideres al contrarrestar los relatos interesados, las medias verdades y las falsedades palmarias difundidas por indignos compañeros. A la par, nos debemos felicitar por la eficiencia del Centro a la hora de desmontar la estructura departamental como consecuencia de la evidente ineficacia de dicho servicio. En este contexto, hemos sido testigos de declaraciones institucionales que, aunque podrían parecer confrontativas y sectarias, son imparciales y sumamente relevantes por su acertado contenido y por el sutil análisis de las situaciones contextuales. Estas declaraciones ponen de manifiesto un claro intento de manipulación ejercida por los actuales líderes departamentales sobre los distintos grupos de influencia. La notable ausencia de consultas y la falta de transparencia en los últimos meses de este organismo son pruebas irrefutables de esta situación.
A pesar de estas pequeñas disfunciones, la actividad el Personal de Administración y Servicios (PAS), ahora conocido con el nombre de PTGAS (lo cual subraya cómo todo cambia y evoluciona positivamente), no se ha visto alterado y se mantiene intacto un excelente ambiente de trabajo.
También hemos sido testigos de un notable aumento en la excelencia docente de las diversas y variadas titulaciones ofrecidas por el Centro. Este avance, sin lugar a duda, se atribuye a la constante contribución de algún grupo de innovación docente y a la mejora continua de la formación impartida a los estudiantes fruto del comprometido incremento de la categoría y de la calidad docente liderada por el Centro. Esta inversión está colocando a nuestros estudiantes en la vanguardia de la escena artística internacional emergente. En este sentido, es relevante destacar el creciente número de estudiantes que eligen el Centro como destino preferente y también aquellos que, según nos informaron, optan por prolongar su tiempo de estudios para aprovechar la calidad y disponibilidad de las instalaciones y de los laboratorios de última generación.
Con estos avances, como ha quedado patente en la reciente e imponente celebración del 20 aniversario del Centro, la supervivencia de este está asegurada y el proceso de relevo generacional está en marcha, contradiciendo las sombrías predicciones de algunos pesimistas sobre la falta de continuidad y la negativa evolución del Centro. Esta afirmación se respalda con la evidencia palpable de la mejora sistemática en los rankings de prestigio a nivel internacional.
En este contexto, la única posición éticamente defendible sería que aquellos manipuladores, incompetentes y otros individuos no deseados se aparten, facilitando que los actuales líderes del Centro, demostradamente competentes en la gestión, continúen con su labor.