La reciente presentación del retrato del anterior Abad está impregnada de historias conmovedoras que nos brindan la oportunidad de examinar una vez más algunos aspectos de la condición humana manifestados en su plenitud.
Para comprender el profundo significado de un acto tan relevante, es crucial primero indagar sobre las razones que impulsan a retratarse al concluir el ejercicio de un cargo público, colectivo o académico.
Existen fundamentalmente dos motivos:
Por convención social, es decir, porque así lo dicta una norma de educación establecida.
Por méritos probados, es decir, debido a que la labor desempeñada durante el cargo ha generado evidentes beneficios para la comunidad.
Una respuesta a «La curiosa historia del retrato del Abad»
[…] la entrada anterior de esta bitácora, nuestro siempre refinado y sutil EFP nos deleitaba con La curiosa historia del retrato del Abad, donde exploraba con maestría las motivaciones detrás de esa vetusta tradición de obsequiar […]